El piñón, semilla icónica de la Araucaria araucana, fue durante siglos un alimento tradicional profundamente enraizado en la cultura local. Sin embargo, gracias a investigaciones pioneras realizadas en el grupo de Biotecnología Ambiental del PROBIEN (CONICET-UNCo), este fruto no solo se perfila como un símbolo del pasado, sino también como un pilar para la innovación científica y la sostenibilidad.
Del desperdicio al descubrimiento
Un residuo de la industria alimenticia, las cáscaras del piñón, ha revelado un potencial extraordinario: contienen niveles impresionantemente altos de antioxidantes, superando hasta 30 veces la capacidad antioxidante de la pulpa comestible. Este descubrimiento, encabezado por las Dras. Celeste Gallia, Ana Ferrari y Guillermina Bongiovanni, y en colaboración con la empresa NOUS de Villa Pehuenia, marca un avance crucial en la valorización de subproductos naturales.
Estas cáscaras, que anteriormente eran consideradas desechos, han demostrado tener propiedades antioxidantes capaces de combatir el estrés oxidativo, un fenómeno vinculado a múltiples enfermedades crónicas. Los hallazgos invitan a una revaloración no solo científica, sino también ambiental y económica.
Protección celular y aplicaciones terapéuticas
Los estudios realizados por el equipo interdisciplinario no se limitaron al laboratorio. Los extractos derivados de las cáscaras del piñón mostraron ser no tóxicos para las células y, más aún, evidenciaron un efecto protector contra agentes dañinos como el arsénico. Adicionalmente, en colaboración con la Facultad de Odontología de la Universidad Nacional de Córdoba, se realizaron pruebas en animales. Los resultados fueron prometedores: el consumo de un té elaborado con cáscaras de piñón incrementó las defensas antioxidantes en ratas sometidas a tratamientos de quimioterapia, sugiriendo una posible aplicación en pacientes oncológicos para mitigar los efectos adversos en las glándulas salivales.
Innovación con impacto
Este innovador trabajo resalta la importancia de aprovechar subproductos naturales de manera sostenible, ofreciendo soluciones que benefician tanto a la salud como al medioambiente. La investigación posiciona a la Universidad Nacional del Comahue como un referente en la exploración de recursos autóctonos con aplicaciones biotecnológicas.
En un mundo que clama por la sostenibilidad y la reducción de residuos, este avance científico es una prueba viviente de cómo la ciencia puede reconciliarse con la naturaleza para crear un futuro más saludable y responsable. Desde Neuquén hacia el mundo, las cáscaras del piñón podrían ser el próximo gran aliado en la lucha contra las enfermedades y el desperdicio.
