Juana Cañicul nació en el paraje Aucapán y, aunque su DNI marca el 12 de enero de 1939 como fecha de nacimiento, se estima que tiene al menos 97 años. Como ocurrió con muchos habitantes de zonas rurales, no fue inscripta al nacer, por lo que su edad oficial es de 86 años.
Actualmente vive en el paraje Atreuco junto a su hija Clara y su nieta Belén Huaiquifil. Desde hace más de una década, convive con ellas y dedica sus días al hilado de lana con huso, una técnica ancestral que aprendió en su infancia y que sigue practicando a pesar de haber perdido la visión.
El huso, instrumento de madera utilizado para torcer la lana, es una herramienta que Juana domina con precisión. Cada movimiento responde a una memoria arraigada en las tradiciones mapuches del interior neuquino.
Juana se casó joven con Juan Manuel Huaiquifil y enfrentó los desafíos de formar una familia en un entorno rural. Hoy, además del hilado, disfruta de la radio, la televisión y caminatas por el monte con sus chivas.
Debido al programa de Políticas de Protección Integral para Personas Mayores, impulsado por el gobierno provincial a través de la subsecretaría de Familia, Juana recibe acompañamiento y ayuda socioeconómica. Esta iniciativa está destinada a personas de 60 años o más en situación de vulnerabilidad.
“Juana es una mujer activa, llena de sueños, que encarna la riqueza cultural del interior neuquino”, señalaron desde la dirección provincial de Políticas de Protección. Su vida es ejemplo de sabiduría, resiliencia y apego a la tierra.
La historia de Juana Cañicul recuerda la importancia de acompañar a las personas mayores en sus entornos y de valorar los saberes que mantienen vivas las tradiciones que dan identidad a las comunidades rurales.
