El cantante bahiense fue el encargado de poner fin a una noche llena de música, arte y cultura en la capital neuquina, que atrajo a una multitud proveniente de distintas provincias argentinas y países vecinos.
La segunda noche de la Fiesta Nacional de la Confluencia se vivió como un espectáculo sin igual, con más de 250 mil personas en el predio del evento, en una muestra de amor por la música y la cultura.
Abel Pintos, ícono del pop melancólico y el folklore, se encargó de cerrar el segundo día de este festival único en la Patagonia, desatando emociones y haciendo vibrar los corazones que se congregaron en la costa del río Limay.
El evento, organizado por la Municipalidad de Neuquén desde hace 11 años, atrajo a familias enteras provenientes de distintas provincias argentinas, así como también de los países vecinos de Chile y Uruguay, quienes se acercaron para deleitarse con los shows musicales, la gastronomía local y la belleza natural que rodea el escenario ubicado en una isla flanqueada por las cristalinas aguas del Limay.
La música comenzó a resonar cerca de las 18 horas con las presentaciones de las bandas locales Ramé y Arriba Salva, ganadoras del Pre Confluencia 2024, que cautivaron a un público familiar con sus melodías. A medida que el sol se escondía en el horizonte, Nafta tomó el escenario para mostrar su universo sonoro, fusionando elementos del R&B y el hip hop.
Con la llegada de la noche, «El Mató a un policía Motorizado», el quinteto rockero platense fundado en 2003, conmovió a los amantes del punk rock con su energético show. Posteriormente, Mateo Sujatovich, líder de Conociendo Rusia, deleitó al público con su música familiar y novedosa, recibiendo el apoyo y el cariño de los asistentes que lo aclamaron desde los hombros de los más grandes.
En resumen, la Fiesta Nacional de la Confluencia continúa consolidándose como un evento imperdible en el calendario cultural argentino, atrayendo a multitudes ávidas de buena música y experiencias inolvidables.