El gobernador Rolando Figueroa presidió este sábado el acto por el 93º aniversario de Buta Ranquil junto al intendente Pedro Cuyul y entregó 39 títulos de propiedad a familias del lugar. “Solo la mitad vino a retirarlos. Muchos quizás no creyeron que íbamos a traer el título. Son años que le han fallado a la gente, que ha esperado generación tras generación. Ahora sí, lo que no fallaba era entregar títulos a los amigos, a esos se le entregaban al otro día. Entonces, creo que estas cosas son las que tenemos que cambiar en este Neuquén”, señaló.
Figueroa también inauguró la Oficina de Intervención Primaria en Cuestiones de Género de la Comisaría Nº32 de la localidad y anunció la reanudación de la obra que estaba paralizada en el Hospital de Buta Ranquil.
“¿Cuántos años esperando esta obra? ¿Cuántos años sin motivo retrasándola? Muchos años de malas administraciones porque no tenían autodeterminación, porque gastaban la plata en las camionetas de los amigos, en los planes sociales de los amigos, tratando de comprar voluntades para ganar elecciones. Acá hay que hacer obras”, remarcó el gobernador.
En este sentido, aseguró que “se han trazado dos diferentes modelos de país y dos diferentes modelos políticos. Un camino era quedarse en la queja y decir no me gusta, no quiero esto y otro camino es aceptar las condiciones y hacer lo mejor para poder salir adelante. Eso hemos hecho con Pedro (Cuyul) y eso lo hemos plasmado en un pacto de gobernanza que lo hemos firmado al inicio de año en Chos Malal con todos los intendentes de la provincia. Eso nos permitió ordenarnos y avanzar en el nuevo trazado de la nueva realidad que vamos a tener no solo en Buta Ranquil, sino en la provincia y en la República Argentina”.
“Se terminó la promesa fácil, demagógica, se terminó la promesa de actos y hechos que nunca van a suceder. Algunos les creyeron a esos políticos hasta que le dejaron de creer porque seguían siempre los mismos. Muchas veces desde la capital se pierde el foco de las necesidades de un pueblo. Entonces tenemos pueblos sin agua, sin gas, sin luz, pero con canchitas de fútbol. No nos olvidemos de estos que vinieron e hicieron canchitas de fútbol”, remarcó Figueroa.
Por último, señaló: “Llegó la hora de escucharnos independientemente de donde vivamos, pero con la verdad, sin generar una falsa ilusión en el otro. El vínculo entre la ciudadanía y los gobernantes se construye diciendo la verdad, no ilusionando a la gente, no apretando a la gente, no mintiéndole, no viniendo a los pueblos y sacarse una selfie y salir corriendo”.