Bullrich, Macri y sus adeptos, se aferraron al segundo lugar del libertario en las elecciones mediante un acuerdo que aun parece frágil. En cambio, la UCR, con Gerardo Morales a la cabeza; la Coalición Cívica; el sector referenciado en Miguel Ángel Pichetto y el ala «paloma» del PRO, con Horacio Rodríguez Larreta como principal referente, rechazaron de plano esa alianza.
Juntos por el Cambio (JxC) vivió otra vez una de sus semanas más intensas desde su creación, marcada por los respaldos y rechazos al acuerdo que tejieron Mauricio Macri y Patricia Bullrich con el candidato presidencial de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei, y los debates sobre cómo funcionará la coalición en el futuro, luego del quiebre producido tras las elecciones generales.
En líneas generales, y por la forma en que quedó partido JxC, quienes comenzaron a manifestarse a favor del acuerdo con el libertario Milei fueron los referentes del ala «halcón» del PRO, quienes siempre estuvieron cerca de Bullrich y de Macri.
En la vereda de enfrente, quienes rechazan el acercamiento con Milei son la UCR, encabezada por su titular, Gerardo Morales; también la Coalición Cívica; el sector referenciado en Miguel Ángel Pichetto y los integrantes del ala «paloma» del PRO, que tienen en Horacio Rodríguez Larreta a su principal referente. Estos sectores se manifiestan «neutrales» rumbo al balotaje.
En el grupo que salió a respaldar el acuerdo con el economista y exasesor financiero del holding Corporación América se inscriben dirigentes como Javier Iguacel, Luis Juez, Waldo Wolff, Maximiliano Guerra, Néstor Grindetti, Cristian Ritondo, Esteban Bullrich, Hernán Lombardi, Roberto García Moritán y Laura Alonso, entre otros, aparte del senador nacional Juan Carlos Romero.
A este grupo se espera que se sume Diego Santilli, quien fue el candidato a la gobernación bonaerense en representación de Larreta.
El incipiente acuerdo entre Bullrich-Macri con Milei ya genera las primeras asperezas, traducidas en enojos de referentes de LLA, o extrapartidarios que habían respaldado al economista, quienes se sienten desplazados por el desembarco del PRO en las filas libertarias.
El primero en dar el portazo fue el sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo, a quien siguieron varios legisladores que fueron electos por la lista de Milei y anunciaron en un comunicado que la alianza con Macri es «moral e ideológicamente nuestro límite».
«Una Argentina distinta es imposible con los mismos de siempre», explicaron los legisladores electos de LLA.
Milei, por su parte, jugó al bajo perfil durante los últimos días, un silencio que quebró solo para aclarar que el respaldo del PRO venía sin condiciones.
Sin embargo, un dirigente cercano a Bullrich, Eduardo Amadeo, salió a desmentirlo públicamente, aclarando que el respaldo era «con condiciones», y citando al respecto el documento de 12 puntos que la excandidata presidencial leyó cuando anunció que respaldaba a Milei.
«Está escrito», dijo Amadeo, «y Milei lo aceptó», puntualizó; luego sugirió que si el libertario llega a la Casa Rosada habrá un cogobierno.
Amadeo sostuvo que si Milei accede al sillón de Rivadavia «gobernará con nosotros», en alusión a los sectores del PRO que le brindan su respaldo, y explicó al respecto que «entre otras cosas va a necesitar del Congreso, donde tenemos capacidad de influencia sobre muchas cuestiones».
Del lado de los rechazos al acuerdo con Milei se inscribe la mayor parte de JxC, que siguen insistiendo en que ellos no se fueron de la coalición, a la vez que dicen, fuera de micrófono, que «los que se cortaron solos (en alusión a Macri y a Bullrich) tendrán que dar las explicaciones ante la sociedad. Nosotros no nos fuimos de Juntos por el Cambio».
En este sentido, se perfilan rumbo al futuro -más allá del resultado electoral- dos espacios bien diferenciados: una coalición de centro con la UCR, la Coalición Cívica, el peronismo republicano y el larretismo por un lado, y una coalición de centro-derecha con el macrismo y Milei por el otro.
La forma que tendrán estas coaliciones, los pactos legislativos que implicarán y si superarán la prueba del tiempo son cuestiones que ningún dirigente atreve a mencionar porque están preocupados por lo urgente: influir para un lado o el otro en la segunda vuelta electoral.
En este sentido, la alianza rumbo al balotaje entre macristas y libertarios tuvo sus primeras reuniones, no para hablar de plataformas ni ideas de Gobierno, sino para organizar la fiscalización.
Tal como reflejó Télam en los últimos días, el PRO brindará la mitad de los fiscales que necesitan los libertarios para el 19 de noviembre, con especial énfasis en la provincia de Buenos Aires.
Los encargados del operativo, desde el PRO, son Ritondo, Paula Bertol y José Torello.
En tanto, los intendentes y gobernadores electos de Juntos por el Cambio siguen en silencio y marcando que son «neutrales» rumbo al balotaje.
«Nadie se quiere jugar por nadie. Más allá del 19 de noviembre, los gobernadores e intendentes tendrán que hablar de fondos para sus distritos tanto con Massa como con Milei, y nadie quiere pelearse con nadie», explicó a Télam un intendente bonaerense del espacio.
Sin embargo, esta «neutralidad» tiene sus matices, puesto que el gobernador electo de San Luis, Claudio Poggi, manifestó que su posición «es no influir en el balotaje para definir quién debe ser el nuevo presidente».
«Nuestra responsabilidad es garantizar la institucionalidad», completó Poggi.
Por su parte, el gobernador electo de Chubut, Ignacio Torres, sostuvo que está «del lado de la sensatez», aunque aclaró que no votará en blanco.
«No creo que sea binario el debate: o Massa o Milei. Cada uno va a tener su decisión. Yo no voy a votar en blanco», sostuvo, y dijo que tomará su decisión tras «hablar con intendentes y legisladores».
JxC es un hervidero que se debate entre llamados informales entre dirigentes y la difusión por canales internos de las distintas encuestas electorales.
Desde el macrismo creen que la elección puede ganarse en la medida que consigan retener el 60 por ciento de los votantes que tuvieron tanto Patricia Bullrich como Juan Schiaretti en las generales.
En este sentido, tanto en el campamento del macrismo como en el libertario se ilusionaron con el cuestionamiento que hizo el gobernador Juan Schiaretti al juicio político a la Corte Suprema que se sustancia en el Parlamento.
«Una vez más quiero hacer público mi categórico rechazo al pretendido juicio político a la Corte Suprema que impulsa el gobierno kirchnerista del ministro Sergio Massa», dijo Schiaretti públicamente, palabras que muchos en JxC leyeron como un mensaje implícito a sus votantes para que repudien al oficialismo en las urnas.