La Municipalidad de Neuquén reanudó la compactación de vehículos abandonados en la vía pública, removiendo autos y motos que durante años permanecieron en las calles. El proceso incluye la descontaminación de 450 motos, 60 autos y alrededor de 1,000 caños de escape, mayormente intervenidos por agentes de tránsito debido a denuncias vecinales.
Según informó el subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana, Francisco Baggio, “al municipio este procedimiento no le es oneroso; por el contrario, gana dinero porque cobra por tonelada de rezago metálico y además tiene una clara mirada ambiental y un triple impacto positivo”.
La empresa encargada del servicio extrae las baterías y fluidos de los motores en un proceso de «descontaminación vehicular» antes de la compactación, que convierte los vehículos en cubos de metal reciclable. Esta medida no solo recupera el espacio público y aporta a la seguridad —“muchas veces estos vehículos son tomados como vivienda por personas vinculadas al delito”, señaló Baggio— sino que también evita el riesgo de derrames de combustibles y aceites al medio ambiente, ya que estos autos suelen presentar fugas tras permanecer inmovilizados por largo tiempo.
Baggio enfatizó la importancia de este procedimiento para la economía circular: “Vuelven al circuito económico como metal reciclado y son enviados a las acereras que tienen grandes hornos de fundición”. Además, indicó que antes de proceder con la compactación, se notifica a los propietarios para que puedan recuperar los vehículos, si así lo desean. Finalizado el proceso, el listado de los rodados reciclados es enviado al Registro de la Propiedad para su baja oficial.