Donald Trump anunció en su discurso inaugural que declarará una emergencia energética en Estados Unidos. Esta decisión busca incrementar la producción de hidrocarburos bajo el lema «drill, baby, drill», con el objetivo de consolidar la independencia energética de la nación. Este anuncio podría tener implicancias significativas para la economía global, incluyendo el desarrollo de proyectos como Vaca Muerta. Según estimaciones, Argentina podría exportar hidrocarburos por más de 30.000 millones de dólares anuales para 2030, pero esto dependerá de la evolución de los precios internacionales y de las políticas energéticas en los principales mercados consumidores.
También aseguró que romperá con las políticas climáticas implementadas por el presidente estadounidense Joe Biden. Donald Trump, quien durante su campaña popularizó el lema «perforen, nene, perforen». Las iniciativas son parte de la estrategia del mandatario para aumentar la oferta de combustible, reducir los precios y combatir la inflación.
Esta estrategia, que remite a la Convención Republicana de 2008, podría tener repercusiones en los planes de Argentina para desarrollar los recursos de petróleo y gas no convencionales en Vaca Muerta, con el objetivo de potenciar sus exportaciones. En este contexto, las expectativas del gobierno de Javier Milei de obtener apoyo del Fondo Monetario Internacional (FMI) y avanzar en un posible acuerdo de libre comercio también se ven en juego. Aunque algunos analistas consideran que las decisiones de Biden podrían no tener un impacto significativo en la industria petrolera local, existe preocupación por los proyectos de Gas Natural Licuado (GNL) que lidera YPF junto a otras empresas del sector. Todo dependerá de cómo evolucionen los precios internacionales del crudo.
Los analistas anticipan que el anuncio del presidente norteamericano puede no tener tanta incidencia en la industria local del crudo. Sin embargo, sí podría ser un riesgo para los proyectos de Gas Natural Licuado (GNL) que impulsa la petrolera de mayoría estatal YPF junto a otros jugadores del sector. Todo dependerá de lo que suceda con los precios internacionales.
“La crisis de la inflación fue causada por gastos excesivos y por la suba de los precios de la energía, y por eso voy a declarar una situación de emergencia energética y vamos a seguir con nuestra política de ‘drill, baby, drill’”, afirmó Trump desde la cúpula del Capitolio delante de más de 200 personas que lo escucharon en el marco del frío polar que azota Washington.
Para Alejandro Einstoss, consultor y miembro del Instituto Argentino de la Energía General Mosconi (IAE), el incremento en la oferta petrolera que buscará la Casa Blanca para bajar los precios de sus combustibles puede no afectar a la Argentina. “Los cañones en la industria local están puestos en el shale oil y mientras los precios se mantengan en torno a los USD 70 dólares por barril habrá un negocio rentable. Un millón de barriles diarios más en Estados Unidos no debería cambiar mucho y habrá que estar atentos a qué hace la OPEP”, dijo.
La producción de petróleo en la Argentina durante 2024 fue la mayor de los últimos 20 años, por encima de los 750.000 barriles diarios de los cuales 438.000 barriles diarios fueron extraídos desde Vaca Muerta. La principal productora es YPF, seguida por Pan American Energy (PAE), Vista, Pluspetrol y Shell.
Esas compañías, más la norteamericana Chevron y Pampa Energía se asociaron en el proyecto de USD 3.000 millones “Vaca Muerta Sur” con el que buscarán construir la infraestructura necesaria para evacuar desde 2027 unos 750.000 barriles por día desde los yacimientos de Neuquén hasta Punta Colorada, Río Negro, donde se instalará una terminal portuaria para cargar buques de gran tamaño. Una iniciativa que ingresó al Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) con el potencial de generar para 2030 unos USD 15.000 millones en exportaciones de crudo al año.
“En gas veo mayores riesgos. Estados Unidos es el mayor productor mundial de GNL y busca ser el principal proveedor de Europa. Es muy difícil ser más competitivos porque llegar con USD 8 por millón de BTU implica que el precio en la Argentina tiene que ser de USD 1 y hoy estamos en USD 3,50 por millón de BTU. Veo bien que se busque abrir mercados en Asia”, dijo Einstoss.
Daniel Montamat, director de la consultora Montamat & Asociados, advirtió que si el aumento de la producción de gas en EEUU implica más exportación de GNL por barcos podría deprimirse el precio internacional y dañaría las perspectivas de la Argentina. De hecho, Trump advirtió a la Unión Europea que tiene que comprarle más GNL a su país.
De todos modos, agregó Montamat, las perspectivas inmediatas son positivas. “Si el invierno europeo es frío, como se pronostica, el precio del GNL tendría un par de años de firmeza o crecimiento; sería la oportunidad para cerrar contratos de demanda del acuerdo YPF-Shell e iniciar los proyectos de inversión”.
Más allá de los anuncios de Trump, un reciente informe de la Energy Information Administration (EIA), el brazo estadístico e informativo del Departamento de Energía de EEUU señaló que al próximo gobierno no le será fácil aumentar la producción de hidrocarburos. De hecho, el informe proyecta aumentos de la producción petrolera de apenas 1% anual en 2025 y 2026, aunque partiendo de los actuales niveles récord.
La EIA subraya que los “fundamentos de mercado” –por caso, la aparente cercanía de China a su peak oil o punto máximo de consumo de petróleo- pesarán más que las decisiones gubernamentales y estima que en los próximos dos años la provisión superará la demanda global de hidrocarburos, manteniendo una presión bajista sobre los precios, en coincidencia con lo que muestran los mercados de futuros.
La Argentina tiene en Vaca Muerta la segunda reserva no convencional de gas natural y la cuarta de petróleo del mundo, por lo que el país cuenta con la oportunidad de aprovechar sus recursos durante la ventana que otorgue la transición energética. El presidente de YPF, Horacio Marín, suele afirmar que hay potencial para exportar de cara a 2031 unos USD 15.000 millones de GNL al año y otros USD 15.000 millones de petróleo. Esos USD 30.000 millones son equivalentes a lo que aporta el campo en buenos años de cosecha y podría resolver gran parte de los problemas de falta de dólares que históricamente enfrentó el país.
Fuente: Infobae
