El diputado provincial Andrés Blanco (PTS-FIT-U) presentó en la Legislatura de Neuquén un proyecto para visibilizar la grave situación de la Cerámica Neuquén, que permanece paralizada desde el 31 de enero tras el corte de energía ordenado por la cooperativa CALF.
La iniciativa declara “la preocupación por la situación en la Cooperativa Confluencia, a partir del corte de energía eléctrica realizado por la distribuidora CALF, que dejó sin la posibilidad de continuar con la producción dentro de esa gestión obrera, poniendo en riesgo el sustento de casi 50 familias”.
Además, solicita “la reconexión inmediata de la energía” y la apertura de una mesa de negociación con representantes de CALF, del gobierno provincial y de la cooperativa. El proyecto fue ingresado a la comisión de Legislación del Trabajo y Asuntos Laborales.
Blanco denunció que el corte se produjo en medio de negociaciones entre los trabajadores, el Poder Ejecutivo provincial y la distribuidora de energía para acordar un plan de pago que permitiera saldar la deuda y reactivar la producción. “El presidente de CALF, Marcelo Severini, se niega al diálogo. Decidió cortar la luz y dejar en la calle a más de 40 familias”, aseguró.
El legislador también cuestionó el impacto de los aumentos en los servicios y la falta de apoyo estatal. “Los tarifazos afectan a millones de familias, pequeños comerciantes y cooperativas que no tienen acceso a subsidios ni tarifas diferenciadas, como sí tienen los grandes empresarios”, expresó.
Por último, Blanco criticó la política de subsidios del gobierno provincial. “Figueroa anunció tarifas diferenciadas para empresas del Parque Industrial de Rincón de los Sauces, mientras ahoga a las gestiones obreras que producen ladrillos y cerámicos para la obra pública. Es indignante que se priorice a las empresas de Vaca Muerta y se abandone a los trabajadores”, concluyó.

giorgio
marzo 9, 2025 at 3:35 pm
Tanto esta cerámica como la de «fasinpat», cuando estaban en manos privadas eran ejemplo de trabajo, organización y producción. Zanón exportaba a los países limítrofes, y en el salón de la entrada había decenas de muestras de los pisos que producían. Ahora, después de décadas de «administración propia sin patrones», parece una fábrica abandonada de Ucrania o de otro lugar en guerra. Abandono total, montañas de cerámicos rotos, nadie trabaja, 5 muestras en el salón, y podemos seguir. Pero eso sí, siempre presentes en todas las marchas. Entonces, si están en las marchas no están trabajando, verdad?. Y esa EE que no pagan a Calf, la pagamos el resto no es así?, porque Calf no regala nada, al contrario, nos estafa todos los meses con la connivencia de los concejales que ponen la gorra para un diezmo, sinó no se explica cómo aprueban ese robo a la población teniendo las productoras de EE a pocos km. Vivimos de mentira en mentira.