Durante el primer trimestre del año, el Municipio de Neuquén recolectó 162.000 litros de aceite usado proveniente de talleres, lubricentros y comercios gastronómicos. La iniciativa forma parte del programa de control y tratamiento de aceites usados, que busca reducir el impacto ambiental de estos residuos especiales.
Francisco Baggio, subsecretario de Medio Ambiente y Protección Ciudadana, informó que cada mes se recolectan en promedio 50.000 litros de aceite mineral y 4.000 litros de aceite vegetal. “Si no existiera este sistema, ese volumen de residuos terminaría contaminando aire, suelo y agua”, advirtió.
La recolección está a cargo de una empresa especializada, sin costo para el municipio ni para los generadores, y bajo supervisión del área de Medio Ambiente. El aceite recolectado se traslada a la ciudad de Bahía Blanca, donde se procesa y transforma en biodiésel.
“Estas empresas obtienen un producto con un alto valor de venta al final de la cadena, mientras que el municipio gana controlando un residuo especial que, de otra forma, sería altamente contaminante”, explicó Baggio. “Es interesante el proceso que se da en la recuperación de los aceites”, agregó.
El funcionario indicó que la empresa recolectora trabaja con establecimientos que generan más de 10 litros mensuales. Aquellos que producen cantidades menores deben llevar el aceite usado a los centros de transferencia municipales.
Baggio también advirtió sobre las consecuencias de desechar aceite vegetal usado por la bacha de la cocina: “El aceite, una vez desnaturalizado, se convierte en un contaminante que obstruye las cañerías, ya que al enfriarse se solidifica”. Por eso, recomendó almacenarlo en un recipiente cerrado y trasladarlo a los centros habilitados para su correcta disposición.
