*Por Darío Martínez
Las medidas de aumento general de aranceles de importación que el Gobierno de Trump ha decidido, evidencian un proceso de cambio de las reglas de las relaciones económicas internacionales vigentes hace 80 años entre los países.
Hay una reconfiguración en marcha del sistema de comercio internacional cuyo esquema definitivo ni la duración de este proceso es posible predecir, pero que estará signado por importantes turbulencias financieras, una retracción general de la economía e incertidumbre creciente.
Y esto ocurrirá más allá de que Trump modifique las medidas adoptadas o que existan negociaciones bilaterales con USA de distintos países, cualquiera sea su resultado.
Para nuestro país y para Neuquén en particular, la situación es preocupante ya que, inevitablemente, los efectos de este convulsionado proceso de reconfiguración mundial, impactaran en nuestra economía real, independientemente de un nuevo acuerdo con el FMI o de la relación particular que la Argentina, o personalmente Milei, tenga con Trump o USA.
Un poco de Historia
Solo para contextualizar esta situación, es útil saber que durante los últimos 80 años se fue configurando el sistema multilateral de comercio que conocimos hasta hace un par de semanas,
Este sistema se corporizó durante un proceso liderado por USA de disminución drástica de barreras arancelarias adoptado por la mayoría de los países, la promoción del libre comercio entre los mismos, y la movilidad de capitales que generó un crecimiento inédito del volumen del comercio mundial.
Durante los últimos 30 años, los países del sudeste asiático, en especial China, comenzaron un proceso acelerado de industrialización, que atrajo a varias empresas de nivel global a radicar sus fábricas en esos países en función del menor costo de producción que ofrecían.
Este fenómeno comenzó a transformar muchos procesos industriales en procesos interdependientes y multi localizados en distintos lugares del mundo.
Más allá del orden económico mundial que estableció, y del balance de ganadores y perdedores; la globalización, la localización fabril por menores costos, y la interdependencia productiva, la instauración del patrón dólar como moneda de cambio internacional en los años 70, entre otras, causaron que, a partir de ese momento, pero especialmente desde los años 90, USA pasará a tener creciente déficit comercial. El crecimiento productivo y tecnológico de China, en particular desde mediados de la primera década de este siglo, hizo que, si bien el déficit comercial de USA es global, sea China notablemente el país con el que mayor déficit mantiene, seguido por México, Vietnam y Canadá.
Es necesario acotar que, si bien la balanza comercial de USA fue en 2024 deficitaria en 1,2 BILLONES de dólares, creciendo un 14% interanual, la balanza de servicios fue superavitaria en 289.000 millones de dólares, manteniendo la tendencia positiva histórica.
El objetivo de Trump es disminuir o anular su déficit comercial con China y con el Mundo
Trump adopta estas medidas proteccionistas porque pretende de esta manera cambiar una tendencia de décadas que derivaron en que la balanza comercial de bienes de USA sea crónicamente deficitaria.
El objetivo discursivo de Trump es que las factorías de las empresas americanas que se fueron radicando en China, el sudeste asiático y México buscan costos más baratos de producción, vuelvan a reinstalarse en territorio Norteamericano. De esta manera pretende recuperar puestos de trabajo industriales, y simultáneamente eliminar su desbalance comercial.
Hay que acotar que hoy en USA, si bien el déficit comercial es crónico, el desempleo es del 3%, y la inflación post Pandemia estaba, hasta las medidas de Trump, en baja.
Sin analizar si estas medidas serán efectivas; ni mucho menos el derecho de ese país a adoptarlas, es innegable que la potencia que enarboló e impuso al Mundo durante los últimos 80 años la bandera de la integración comercial, la globalización productiva, el libre comercio, y la eliminación de las barreras arancelarias, además del patrón Dólar; que posee el mercado interno más grande del Mundo y que explica por sí sola al menos la cuarta parte del Comercio Mundial, no solo arrió esas banderas y archivó esos instrumentos, sino que pasó a adoptar los absolutamente contrarios.
Tan convulsionadas están las cosas, que hoy es China el país que se convierte en el líder defensor del libre comercio universal mientras USA pasa a adoptar medidas arancelarias defensivas enfocadas específicamente en su propio país.
Los cambios en las reglas se están produciendo y es imposible saber hoy cómo se terminarán reformulando, ni cuánto tiempo demandará ese proceso, pero estará signado por la incertidumbre y el reacomodamiento de los flujos comerciales y financieros.
La relación Comercial USA/Argentina y los potenciales efectos de este proceso mundial sobre nuestro país
En materia de comercio internacional, USA significa para nuestro país el cuarto socio comercial, detrás de Brasil, China y la Comunidad Económica Europea. Durante los últimos 10 años la balanza del intercambio anual fue superavitaria para USA, con excepción del 2024 cuando Argentina logró un pequeño superávit de U$D 224 Millones.
Pero si bien el comercio con USA representa para Argentina menos del 8% del total, y para USA solo el 0.2%, los efectos sobre nuestra economía pueden ser muy negativos si no se toman medidas adecuadas.
La incertidumbre que predomina en la economía internacional, generará naturalmente un flujo de inversiones corriéndose a posiciones más seguras, y lógicamente, abandonando tenencias en países periféricos, y con economías inestables y en problemas como el nuestro, cuyo gobierno está requiriendo con urgencia el auxilio del FMI.
Más allá de las características propias de la economía argentina y de sus propios problemas, este nuevo proceso de dimensión internacional, mirado desde lo financiero, provocará que la deuda de nuestro país ya sea pública o privada, será más riesgosa, aunque antes, y menos atractiva. Los bonos argentinos tenderán a perder valor, con el consiguiente aumento del riesgo país.
Más allá de que, como se explicó, la relación comercial entre nuestro país con USA no es muy significativa, los efectos de una guerra comercial a nivel internacional tienen posibles efectos considerables.
Incluso si algunos países resuelvan en negociaciones su comercio con USA, los demás con China a la cabeza, que explica un cuarto de la producción mundial de bienes, verán complicado el acceso al mercado Norteamericano, e intentarán colocar su producción en otros mercados, particularmente en aquellos que tengan menos protección, tendencia que, desde que asumió el Gobierno de Milei viene adoptando Argentina.
En estas circunstancias de convulsión global los países tienden a analizar medidas especiales a tomar para defender sus economías, consolidar políticas comerciales comunes con sus respectivos bloques comerciales o principales socios comerciales, incorporar nuevas relaciones internacionales, o establecer un valor de su moneda que impulse sus exportaciones y defienda su actividad económica contra una ola de importaciones.
En lugar de una actitud como esta, el Gobierno de Milei entiende que hacer seguidismo y festejar las políticas de Trump, fortaleciendo nuestra moneda artificialmente, desprotegiendo arancelariamente la producción nacional, y abandonando políticas comunes con los principales socios comerciales, nos va a ayudar a soportar este tsunami, algo que parece imposible.
La presión de producción excedente de los países que no puedan colocarla en los mercados habituales, a un precio bajo por la inexorable depreciación que le harán a sus monedas, impulsarán nuestras importaciones.
Por otro lado, una desaceleración o contracción de la actividad económica mundial inducirá los precios de los Commodities a la baja y la contracción de la demanda global, lo que hará que nuestras exportaciones tiendan a disminuir, y nuestra balanza comercial apunte al déficit.
Solo como ejemplo, la caída del Brent, de mantenerse en torno a los U$D 65, provocará una pérdida de U$D 2.000 Millones anuales en las exportaciones petroleras esperadas, aun con el nuevo oleoducto Duplicar trabajando a pleno.
En nuestra provincia ya empezamos a sentir diferentes impactos negativos.
La guerra comercial determinó que la OPEP haya liberado su producción inundando el mercado del crudo para que los precios disminuyan y pongan en riesgo la producción Norteamericana cuyo costo de producción es mayor.
Esta medida de la OPEP en respuesta a las decisiones de Trump, tiene por objeto dejar en situación no rentable a parte de la producción petrolera de USA y adelantarse a un proceso mundial de caída de la actividad económica que demandará menos Energía, tendencia en marcha por este virulento proceso de reconfiguración económica mundial.
Con un Brent en torno a U$D 65 el barril, los ingresos por regalías petroleras y por el Impuesto sobre Ingresos Brutos vinculados a esa producción, disminuirán, por efecto precio, un 19%.
Si bien la inauguración del Oleoducto Duplicar permitirá en el tiempo incrementar la producción y compensar esta situación, el diferencial de pérdida en los ingresos provinciales será importante.
El precio internacional del Brent a U$D 65 el barril ronda el límite en el cual las empresas productoras comienzan a re analizar sus proyectos de inversión en Vaca Muerta, y la política de revaluación del peso argentino complica aún más, ya que determina aumento de los costos en dólares.
Adicionalmente, la incertidumbre internacional complicará o encarecerá las posibilidades de conseguir financiamiento externo para dinamizar la producción de Vaca Muerta, aún con el incremento de la capacidad de transporte del ducto recientemente inaugurado.
Por su parte, la producción frutícola ya está gravada con el nuevo arancel del 10%.
La política Económica de Milei complica la situación y potencia los efectos
La política económica de Milei se basó en un salvaje ajuste fiscal que se pagó básicamente con la pauperización de los jubilados y la anulación de la obra pública, utilizando un tipo de cambio ultra bajo como único ancla antiinflacionario.
Esta política generó que nuestro país se haya puesto muy caro en dólares para los argentinos que cobran sus ingresos en pesos, pero, además, que los bienes fabricados en nuestro país se encarezcan en relación a los que se fabrican en el resto del mundo.
De esta manera, las importaciones crecen, las exportaciones tienden a ser más complejas o a caer, y se produce un proceso de sangría permanente de dólares.
El mantenimiento de esta política económica no importa cuánta asistencia crediticia o nueva deuda le otorgue el FMI, la crisis internacional golpeará con mayor virulencia a los argentinos.
La situación es muy compleja y preocupante para Neuquén
Como hemos explicado, la situación es delicada, compleja y preocupante para nuestro país, para Neuquén y los Neuquinos. El Gobernador debería convocar a las empresas petroleras, a las Pymes y empresas neuquinas, a los Trabajadores y a las fuerzas políticas de la Provincia a analizar la situación, los distintos escenarios y los caminos a seguir, para lo cual nos ponemos a absoluta disposición.
*Ex secretario de Energía y diputado provincial de UxP
