Piedra Pintada es uno de los sitios arqueológicos más relevantes de la provincia del Neuquén. Ubicado cerca del lago Pulmarí, en el departamento Aluminé, se destaca por su arte rupestre y su valor cultural e histórico. En los últimos meses, un equipo multidisciplinario trabaja para documentar, proteger y revalorizar este patrimonio.
Un trabajo conjunto para proteger el patrimonio
La investigación y puesta en valor se realiza de forma articulada entre el Ministerio de Desarrollo Humano, Gobiernos Locales y Mujeres, la Corporación Interestadual Pulmarí y el Museo El Charrúa de Aluminé. El objetivo es preservar el arte rupestre y avanzar en su integración como atractivo dentro del circuito turístico Pehuenia.
Más de 100 grabados fueron registrados en la cima de un cerro de piedra. Se trata de un área de aproximadamente 200 metros cuadrados con grabados y pinturas, así como otros elementos arqueológicos que permiten reconstruir aspectos de las antiguas poblaciones que habitaron la región.
Un mirador natural cargado de historia
La zona tiene un valor paisajístico singular y es muy visitada por su fácil acceso desde la ruta. “Queremos generar conocimiento para que turistas y comunidades locales valoren el sitio y contribuyan a su preservación”, explicó Juan Maryañski, del área de Patrimonio Cultural de la provincia.
El especialista detalló que desde fines de 2023 se realizan trabajos junto al Museo Charrúa, en el marco de una iniciativa de la Corporación Pulmarí que busca integrar el sitio a su propuesta turística. “Es un lugar muy interesante, con distintos tipos de arte rupestre y materiales que indican tránsito humano”, señaló.
Documentación con tecnología y precisión
El equipo de trabajo se amplió recientemente con la participación de la arqueóloga Silvana Quilodrán y el estudiante de Antropología y piloto de dron Sebastián Imposti. El dron permite tomar imágenes aéreas clave para mapear el sitio, ya que muchos motivos sólo pueden apreciarse desde arriba.
Maryañski explicó que el arte rupestre se encuentra expuesto al deterioro natural por lluvia, hielo y viento. Por eso, documentarlo es urgente: “Nos asegura que esa información no se pierda y se pueda usar en investigaciones futuras”.
La técnica utilizada combina dibujo en terreno, fotografía y calcos digitales. Esta metodología permite obtener un registro preciso que será la base para tareas de conservación, interpretación y educación.
Un sitio único por su ubicación y características
A diferencia de otros sitios arqueológicos de la provincia —como Colo Michi Có, donde las pinturas aparecen en aleros o paredes— en Piedra Pintada los grabados están sobre el piso, en la cumbre de un cerrito de piedra. Esta particularidad representa un desafío para su documentación y conservación.
“Es raro ver motivos tan grandes y en esa ubicación. Hay que observarlos desde arriba, por eso el dron fue clave”, explicó el investigador.
Si bien no se hallaron restos que indiquen un asentamiento permanente, sí hay evidencia de ocupaciones temporales con una fuerte carga simbólica y cultural.
Concientización para cuidar el patrimonio
Los especialistas advierten sobre los riesgos del uso indiscriminado del sitio. Muchas personas, para observar mejor los grabados, arrojan agua u otros líquidos que pueden dañar el arte rupestre. Desde los organismos participantes se promueve la concientización social para evitar este tipo de prácticas.
“Cuidar el patrimonio cultural es responsabilidad de todos”, concluyó Maryañski.
